domingo, 22 de noviembre de 2009

Tan exacto como dos y dos son tres.

Noches en degradé, el teléfono suena y yo sentada enfrente de una pantalla, sin nada mejor que hacer mas que leer sobre muchas cosas que a otros no les interesarían... Me digno a atender, la reconocible voz de mi amiga me dice que me extraña y me quiere ver. Le propongo algo: miremos una película. A continuación pienso en "él", pero en otro "él". Ese que no cambia, ese que siempre está. Mi recurso renovable, como mi amor hacia por él. Inagotable como la luz del sol, eterno como las leyendas y las moralejas. No es mi sangre, pero si lo es. No es mi hermano, pero si lo es. Te amo, Juani.

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