viernes, 29 de enero de 2010

Palabras

"Que el libro no quede debajo del plato", dijo aquella vez el muchacho de pelo rubio, mientras le servía comida a unos alumnos de esa escuela en la frontera de Formosa y Paraguay. Él había viajado desde lejos, dejando toda una vida atrás: una familia, muchos amigos, y lo que mas extrañaba en los días de lluvia, un amor. Sigue sirviendo, mientras piensa en que él había decidido ir ahí para enseñar, pero tambien para aprender. "Infinito es de lo que uno puede sorprenderse si esta atento a las pequeñas cosas" Escribe en esa carta que en la que relata como se siente, pero que no sabe si va a mandar. Y claro, su orgullo no le permite mandarla. Ahí le confiesa a su amor que la extraña, que daria cualquier cosa porque este al lado suyo. Ya paso un largo tiempo desde que el se fue sin despedirse despues de una pelea. Sentado en su escritorio precario, una luz de velador lo ilumina y con una mano en la cabeza piensa qué escribir. Tira la primera hoja con esa frase tan seca y en una nueva escribe, "No hay palabras que expliquen lo que realmente siento en este momento; extraño tu compañía. Perdón es lo quería decirte." Mete el papel en un sobre, lo cierra y se va a dormir. Satisfecho, tenía que descargarse para poder seguir adelante con todo por lo que él esta luchando.

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