lunes, 16 de abril de 2012

No me mires -sí, mirame-, te quiero lejos -donde pueda verte- asi te puedo llamar sin palabras. Cuando te acerques, acordate de que muerdo, de que lamo y de que puede doler - yo no me olvido -, pero tambien de que tus caricias sanan, y me traen devuelta a la realidad - tan dura, tan actual - . Sobra el abrigo, la luz y la noche, las discuciones y las verdades, pero también el miedo, y esas cenizas del cigarrillo que apague hace un rato, mientras te veía reír - qué ageno - y creyendo firmemente en que me querías, no baje los brazos.

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